En la última reunión del Consejo Ártico (CA) en Rovaniemi (Finlandia) en mayo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dedicó su intervención a criticar las actividades de China en la zona y terminó vetando la declaración final aprobada por Dinamarca, Islandia, Rusia, Noruega, Canadá, Finlandia y Suecia porque el texto mencionaba –expresamente– el cambio climático.
EL CA, que no aborda nunca cuestiones militares o de seguridad, es uno de los pocos foros multilaterales en los que Rusia y los países occidentales siguen discutiendo cuestiones de interés común, por lo que la actitud de Pompeo fue una señal más de lo mucho que se han deteriorado las relaciones de Washington con sus aliados regionales, conscientes de la necesidad de mantener a Moscú como un interlocutor en una zona donde el cambio climático tiene una creciente relevancia geopolítica.
El deshielo de los casquetes polares hace cada vez más accesibles sus ingentes recursos naturales: gas, petróleo, oro, cinc, hierro, uranio, tierras raras… Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, un 30% del gas y el 13% del petróleo aún no descubiertos están al norte del círculo ártico.
La compañía minera Anglo American ya tiene en su poder varias licencias para explorar yacimientos de níquel, cobre y platino en Groenlandia, una isla de casi 1,5 millones de kilómetros cuadrados, más cerca de Washington que de Dinamarca, su antigua metrópoli.
El Círculo Polar Ártico se calienta a un ritmo que duplica la media global, por lo que si las actuales previsiones se cumplen, a mediados de siglo sus aguas estarán completamente libres de hielo durante la primavera y el verano. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, este verano la temperatura alcanzó 34 grados centígrados en el centro de Groenlandia lo que produjo el segundo deshielo masivo en menos de un…