El diseño de políticas públicas transversales con perspectiva de género resulta esencial para alcanzar mayores tasas de actividades económicas retribuidas de las mujeres. Sin autonomía económica, la igualdad efectiva entre mujeres y hombres seguirá siendo un espejismo.

La crisis económica y financiera que nos ha golpeado en los últimos años ha puesto de relieve las deficiencias del modelo de crecimiento económico imperante hasta el momento y, a la vez, ha planteado la necesidad de fomentar e indagar en nuevas vías, nuevos planteamientos de bienestar social y económico dirigidos, sobre todo, a las personas. Una de las apuestas realizadas desde el ámbito del mundo académico y de la sociedad civil ha sido el emprendimiento, como una forma de participación activa de la ciudadanía en la economía.

En España, el legislador fue sensible a la apuesta por el emprendimiento mediante la aprobación de un paquete de medidas que, sin embargo, no ha resultado del todo completo ni satisfactorio, ya que teniendo en cuenta las características de los diferentes incentivos previstos (que más adelante analizaremos en resumen) no cubre las necesidades de todas las formas de emprendimiento y, en particular, del emprendimiento de las mujeres.

Las mujeres hemos sido tradicionalmente las grandes olvidadas e invisibles por la historia, la filosofía, la medicina, la cultura, el deporte y también por la economía. Dedicadas al trabajo doméstico, hemos sido las encargadas del cuidado de la familia y los hogares. El espacio público, el trabajo productivo y reconocido en las cuentas públicas del país, así como los núcleos de toma de decisiones nos han sido vetados. Esta situación, sin embargo, ha sufrido una transformación importante en los últimos años..Los poderes públicos, haciéndose eco de las demandas de una parte importante de la sociedad, han comenzado a preocuparse por la igualdad entre mujeres y hombres. En España…