Política en el norte de África: cambio y continuidad
Hace cinco años, un movimiento de protesta popular sin precedentes en el mundo árabe-musulmán alteró regímenes y dio inicio a un proceso de profunda transformación de los sistemas políticos de los países norteafricanos. Estos cambios bruscos provocaron la aparición de multitud de libros que explicaban los levantamientos populares y la desestabilización de regímenes que parecían inamovibles.
El trabajo colectivo propuesto por Yahia Zoubir y Gregory White retoma estas transformaciones desde una perspectiva amplia e integral que pretende arrojar luz sobre las dinámicas políticas, económicas, de seguridad y sociales que atraviesan los países de la región, e identificar, como indica su título, los elementos de cambio y continuidad.
North African Politics: Change and Continuity es continuación de la obra North Africa: Politics, Region, and the Limits of Transformation, publicada en 2008. Incluye 21 contribuciones de investigadores universitarios especializados desde hace muchos años en estudios sobre el Magreb.
El libro se divide en tres partes. La primera examina las diferentes dimensiones de las transformaciones en curso en el Magreb desde 2011. Gonzalo Escribano trata los aspectos económicos, y destaca las limitaciones de las reformas políticas cuando no están acompañadas de un desarrollo económico y humano. Marcos Tessler y Jennifer Miller González ofrecen un análisis del compromiso político de los jóvenes argelinos y tunecinos. El análisis comparativo, muy pertinente, de la relación entre el poder civil y militar en Egipto y Argelia realizado por Milud Chennufi se completa con la aportación de Eduard Soler, que destaca la importancia de la reforma del sector de la seguridad en el Magreb y su impacto en los acontecimientos políticos internos de estos países. La dimensión social tampoco se ha descuidado: el capítulo de Michael Willis aborda la cuestión bereber, que a menudo ha pasado desapercibida en los análisis de las primaveras árabes”. Stephen Zunes, en su capítulo sobre los levantamientos civiles en el mundo árabe, recuerda con razón que las movilizaciones populares son muy anteriores a 2011, como muestran las experiencias de resistencia popular no violenta en Sudán en 1964, la primavera bereber en Argelia en 1980, o las movilizaciones de la Alianza por la Democracia en Mali en 1991. La contribución de Lina Khatib versa sobre el papel de los medios de comunicación social en las movilizaciones populares de 2011 y sobre el impacto de las nuevas tecnologías de la información en las estrategias del conjunto de los actores políticos. La autora recuerda que la naturaleza y características de las redes sociales, como el anonimato o la falta de jerarquías, hacen de ellas poderosos instrumentos de movilización en contextos represivos y autoritarios, pero estas mismas cualidades son mucho menos eficaces en el proceso de transición, cuando se trata de estructurar un movimiento y formar un grupo de oposición para participar en el juego político. Alice Wilson cierra esta primera parte de la obra con un análisis sobre la cuestión del Sáhara Occidental en este contexto regional y destaca los factores que hacen que sea una fuente de desestabilización para la zona.
La segunda parte del libro analiza las dinámicas de cambio que están en marcha en cada país (Marruecos, Argelia, Egipto, Libia, Mauritania y Túnez), proporcionando así una actualización de la publicación de 2008. Los diferentes capítulos abordan numerosas variables: la relación entre el Estado y la sociedad, la situación económica, los problemas de género, la evolución de los movimientos políticos islamistas y las relaciones entre civiles y militares.
La tercera parte está dedicada al lugar y el papel de los magrebíes en las dinámicas mundiales. Miguel Hernando de Larramendi e Irene Fernández Molina hacen un minucioso análisis de la política exterior de los países del Magreb después de 2011. Los nuevos regímenes surgidos de los cambios políticos de 2011 en Egipto y Túnez no han llevado a la modificación de las líneas generales de la política exterior de sus países. Esta continuidad se debe en parte a las restricciones económicas y de seguridad a las que se han enfrentado los nuevos gobiernos, lo que explica la adopción de políticas exteriores prudentes y adaptables. Las relaciones de los países magrebíes con Estados Unidos, China, el Consejo de Cooperación del Golfo, así como el análisis de las iniciativas y las respuestas europeas a las transformaciones en el Sur del Mediterráneo, son también objeto de un análisis en profundidad.
Se trata de una obra imprescindible, tanto por la diversidad de temas tratados como por la calidad de los análisis propuestos. El carácter divulgativo de algunos capítulos se compensa con la originalidad de la mayoría de las contribuciones, como las que tratan sobre las políticas exteriores de los países del Magreb a partir 2011 o las relaciones con China, a las que los estudios académicos no han prestado hasta ahora suficiente atención. Otro valor añadido del libro es que presenta una lectura histórica de los acontecimientos recientes, un enfoque esencial para comprender en profundidad los cambios en los procesos en marcha en la región.