POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 178

Detalle del mural de Banksy sobre el posible Brexit en Dover.

Política comercial después del Brexit

La salida del mercado único parece satisfacer tanto a los británicos que temen la inmigración como a los que defienden la idea de un Reino Unido global que firme sus propios acuerdos comerciales. Sin embargo, ambos planteamientos pueden estar equivocados.
Gabriel Siles-Brügge
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El debate sobre política comercial no protagonizó la campaña del referéndum británico sobre la salida de la Unión Europea, pero sí tuvo un papel fundamental en la visión de futuro de muchos defensores del Brexit. Estos esperaban liberar a su país de lo que entendían como limitaciones impuestas por la política comercial europea, y siguen esperándolo tras el referéndum. Por ejemplo, David Davis, secretario de Estado para la salida de la Unión Europea –denominado ministro para el Brexit–, ha propuesto crear un área comercial “que probablemente multiplicaría por 10 el tamaño de la UE”. Davis hacía alusión, en parte, a la antigua Commonwealth británica, pero no era la primera vez que se mencionaba la voluntad de estrechar lazos económicos con los miembros de esa organización. ¿Cómo deben interpretarse esas aspiraciones y propuestas? Sobre todo, ¿qué medidas económicas serían necesarias para esa potencial política comercial británica?

Por un lado, el gobierno británico se ha ido alineando antes de las elecciones del 8 de junio cada vez más con la noción de un “Reino Unido global”, el cual intentaría liberalizar aún más el comercio y las inversiones siguiendo el modelo empresarial vigente a nivel nacional. Por otro, el discurso nativista que caracterizó la campaña del referéndum marca importantes limitaciones discursivas a la materialización de dichas propuestas.

Mientras tanto, el resultado de las elecciones –que inesperadamente privaron a la primera ministra, Theresa May, y al Partido Conservador de su mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes– ha vuelto a abrir brechas entre partidarios del Brexit “duro” y “blando” que podrían limitar el margen de maniobra del secretario de Comercial Internacional, Liam Fox.

Para empezar, es necesario hacer hincapié en una realidad: la política comercial exterior de la UE ha ido reflejando de manera cada vez más clara las preferencias liberales del gobierno…

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