«Se atrevió la princesa, sin saber a quién montaba, a sentarse sobre el lomo del toro”. Así cuenta Ovidio, en sus Metamorfosis, el rapto de Europa. Un mito muy popular en la historia del arte, representado, entre otros, por Tiziano, Rembrandt o Rubens, autor del cuadro de portada. Hoy los europeos vuelven a acariciar el lomo de la bestia, fascinados por su blancura y pujanza, asustados ante el mundo que los rodea.
La Unión Europea celebra elecciones en mayo. Se perfila una batalla existencial: proeuropeos versus antieuropeos. Los sondeos apuntan a que la extrema derecha –“conjunto heteróclito, de contornos borrosos, fuerte contraste interno, vetos cruzados y discusiones potentes”, en palabras de Guillermo Fernández Vázquez– podría lograr un quinto de los escaños del Parlamento Europeo. Una fuerza dispar unida por un enemigo común: el federalismo europeo, encarnado en una Merkel que ya aterriza y un Macron que no despega, advierte Dídac Gutiérrez-Peris.
La UE, ¿cuándo pasó de ser hoja de ruta a chivo expiatorio? En lo que respecta al auge del chovinismo autoritario en Europa del Este, Ivan Krastev y Stephen Holmes van más allá de ideología y economía, sumergiéndose en la psicología política. La actual revolución iliberal hunde sus raíces en las humillaciones derivadas de una adaptación fallida del modelo europeo. La región ha pasado de la imitación al rechazo. En el frente occidental, el Brexit consume las energías de británicos y europeos, ya preparados para lo peor, según Guntram B. Wolff.
Otras heridas son autoinfligidas. La rigidez en el diseño del euro, explica Aidan Regan, obligó a responder a la Gran Recesión con políticas de austeridad cuyo impacto aún perdura. Urge asumir que la diversidad económica en la Unión es fuente de fortaleza, no un problema a erradicar.
Mientras Europa resuelve sus dilemas existenciales, el mundo no espera. Según Enrique Mora, la parálisis de la acción exterior europea anula su aspiración a convertirse en actor global. Volvemos así a Ovidio. “Se asusta Europa y vuelve su mirada a la costa que, raptada, va dejando atrás, y con la diestra agarra un cuerno, apoya la otra sobre el lomo; tremolantes, sus ropas ondulan al viento”.
Este número, como los últimos 80, es fruto de la tenacidad, inteligencia y fiabilidad de Áurea Moltó, a quien decimos hasta pronto. Saludamos a Pablo Colomer, ocho años en la casa, profesional fiable y nuevo subdirector. ●