Hace dos meses la Reserva Federal recortó los tipos de interés en 50 puntos básicos para estimular el crecimiento económico, aprovechando el repliegue de la inflación. El entonces candidato republicano, Donald Trump, acusó a la entidad estar privilegiando a su rival, la vicepresidenta Kamala Harris. Aunque Trump fue quien eligió al presidente de la Fed, Jerome Powell, durante su primer mandato, no ha dudado en atacar al banco durante toda la campaña electoral.
Para Trump es un problema que el banco central sea independiente. Y no es el único político que lo piensa, incluso desde espectros ideológicos que están en las antípodas de Trump, e incluso desde Europa. Existe una corriente de opinión que aboga por devolver la política monetaria a los políticos, para que sean las decisiones democráticas de la población quienes determinen el camino a seguir.
Durante la campaña electoral, Trump señaló que trataría de influir en la política monetaria de la Fed si llegase al poder. “Creo que el presidente debería, al menos, tener algo que decir en esto [los tipos de interés]. Lo creo firmemente”, señaló durante el verano. Y continuó su argumentación: “En mi caso, he ganado mucho dinero, he sido muy exitoso. Creo que tengo mejor instinto que, en muchos casos, gente que está en la Reserva Federal o, incluso, su presidente”.
Tras su victoria en las elecciones, ahora tiene en su mano intentar el asalto a la Fed. Pero no le resultará sencillo. Existen algunos cortafuegos diseñados por políticos que creían en la necesidad de una autoridad monetaria independiente para combatir la inflación. Una autoridad ajena a las tentaciones de abaratar, o incluso imprimir dinero para ganar unas elecciones.
La ley estadounidense que da forma a la Reserva Federal no otorga protección al presidente de la Reserva Federal, por lo que…