Oriente Medio y África del Norte (MENA, por sus siglas en inglés) forman la que quizá sea la región más crítica del mundo desde un punto de vista migratorio mixto. Esto se debe al hecho de que la región siempre ha sido un centro de movimientos migratorios mixtos y continúa albergando y produciendo una proporción muy significativa de los migrantes del mundo, incluidos los desplazados forzosos y los desplazados voluntarios. En 2016, se estimaba que había 54 millones de ciudadanos extranjeros en la región de Oriente Medio, una cifra que probablemente sea mucho mayor hoy en día. Más de un tercio de estos son los trabajadores migrantes que viven en los países del Golfo.
Contexto actual y desafíos
A finales de 2016, Oriente Medio albergaba a más del 45% de los refugiados del mundo. A finales de 2015, Siria, Irak y Yemen representaban en conjunto cerca de un tercio del total de los desplazamientos internos producidos por conflictos. Al mismo tiempo, los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) continuaron recibiendo algunas de las poblaciones de trabajadores migrantes más extensas del mundo. En total, los migrantes representan el 13% de la población de la región en su conjunto. Estos son algunos de los desafíos clave relacionados con la migración en la región:
– La migración en Oriente Medio es, en general, un fenómeno urbano. El porcentaje de migrantes forzosos que residen en ciudades es de hasta el 80-90%. Esta urbanización del desplazamiento humano significa que los migrantes, incluidos los desplazados forzosos, ya no están retenidos en áreas aisladas como campamentos. En consecuencia, sus necesidades humanitarias y de desarrollo se entrelazan cada vez más con las necesidades de las comunidades de acogida en entornos urbanos, lo que exige un enfoque integrado y a largo plazo.
– El perfil general…