Los sucesos del final de la década de los ochenta resultan muy esperanzadores para un replanteamiento del equilibrio de la seguridad y del desarme, partiendo de un giro positivo de 180 grados, en particular en Europa, donde tras casi medio siglo de guerra fría entre EEUU y la URSS con sus aliados están cambiando las reglas del juego, el mapa trazado en Yalta y Postdam y la división intereuropea.