La estrategia del movimiento tiene como eje principal el pragmatismo, la voluntad de acercarse al resto de facciones y de influir en el devenir de la región.
En la franja de Gaza pocos son los que osan criticar públicamente al Movimiento de Resistencia Islámica Hamás. Los periodistas o escritores que lo hacen corren el riesgo de pasar una noche en las mazmorras de Ansar, el gran cuartel general de la seguridad de Hamás en la ciudad de Gaza, atacado en varias ocasiones por el ejército del aire israelí. La política de Hamás se ve acompañada por la presencia imperante de los Brigadas de Al Qassam, su brazo militar, dispuestas en todo momento a servir como herramienta para la exaltación popular de la llamada resistencia armada entre la población gazatí. Al Qassam es, como se dice en la franja, quien realmente gobierna.
El 1 de mayo, el movimiento hizo público su nuevo Documento de Principios Generales y Política, que desvela como eje principal el pragmatismo, el abandono de antiguos principios que marcaron el carácter de Hamás desde su aparición, un acercamiento a temas consensuados por la mayoría de las facciones y la influencia del devenir de la región.
Primeros movimientos hacia un cambio oficial
En septiembre de 2016, las autoridades egipcias decidieron abrir el paso fronterizo de Rafah, única vía de salida y entrada para la población de la bloqueada franja de Gaza y también para sus líderes políticos. La noticia de la salida del vicejefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, se propagó por toda la franja, sorprendiendo a muchos: era la primera vez que el líder salía tras la caída del aliado de Hamás en Egipto, Mohamed Morsi. Junto a la pregunta generalizada de cómo había conseguido entrar en territorio egipcio y llegar al aeropuerto de El…