Al redactar estas líneas, 10 de diciembre de 2012, algunos protagonistas vuelven a hacerse presentes en Oriente Próximo, en el conflicto entre israelíes y palestinos y más concretamente en la franja de Gaza. Varios emergen hoy, otros están presentes en el terreno desde hace años. Barack Obama, Benjamin Netanyahu o Mahmud Abbas entre los antiguos. Jaled Meshal, antiguo líder de Hamás en el exilio, ha puesto por fin un pie en la franja. En El Cairo, Mohamed Morsi, elegido el 30 de junio, recuerda que es él quien ha ganado las elecciones a la presidencia. Ahora reclama poderes excepcionales para encarar una situación también excepcional.
Morsi optó por pactar un principio de acuerdo con la oposición. Los egipcios saben, como sabe su nuevo presidente, que el respaldo popular recibido era limitado, un 25,3% de los votantes. Pero Morsi sabe también que aún en corta proporción, él mismo y los Hermanos Musulmanes fueron los más votados. Ahora se ha visto obligado a aceptar el ritmo frenético de la crisis y ha retirado la declaración constitucional por la que se proclamaba titular de poderes casi absolutos. No ha retirado, sin embargo, el referéndum constitucional, que mantiene para el 15 de diciembre. En meses recientes, de septiembre a diciembre, Morsi ha aparecido como un indispensable mediador internacional. Tuvo el valor de defender en Teherán el TNP, Tratado de No-Proliferación, al pedir un Oriente Próximo sin armas nucleares. Pidió también un Consejo de Seguridad más representativo y defendió con inteligencia y prudencia la causa palestina. Al exigir que ninguna institución pudiera anular sus decisiones dio posiblemente un paso en falso. El desenlace, sometido al criterio de seis expertos, debe acabar con la promulgación de un nuevo decreto que esclarezca los poderes del presidente egipcio.
Con su reelección, Barack Obama ha cobrado una altura distinta….