Birmania nació a la independencia el 4 de enero de 1948 en una situación difícil. El líder nacionalista Aung San, tal vez la única persona que hubiera podido crear un modus vivendi satisfactorio entre el centro y la periferia y que estaba llamado a ser el primero en ocupar el puesto de primer ministro, había sido asesinado junto a varios de sus colaboradores el 19 de julio de 1947. Su reemplazo fue U Nu, que había colaborado con él en la lucha por la independencia. U Nu era un hombre honesto y preocupado por lo mejor para su país. Habría sido un gran primer ministro en cualquier país en paz, pero no era la persona indicada para afrontar los conflictos que estallaron el mismo día de la independencia.

Apenas declarada la independencia, el poderoso Partido Comunista de Birmania y la Unión Nacional Karen (KNU por sus siglas en inglés) se sublevaron. La situación se vio complicada por la rebelión de varias unidades militares compuestas por soldados de la etnia Karen. El gobierno sobrevivió y las zonas centrales del país recuperaron una cierta estabilidad gracias a la actuación del Ejército, liderado por el general Newin. El episodio dejó dos resultados de largo alcance. El primero fue que en lo sucesivo las FFAA estarían casi exclusivamente compuestas por miembros de la mayoría bamar. El segundo, que el Ejército adquirió la convicción de que sólo él podía salvaguardar la unidad del país.

Los años de gobierno democrático fueron extraordinariamente difíciles. Para 1958 la economía había empezado a recuperarse, pero la clase política birmana ya había dado muestras de su peor defecto, la división. Ese año U Nu sobrevivió a una votación de censura gracias al apoyo del opositor Frente Unido Nacional, que se sospechaba que estaba trufado de criptocomunistas. Varias minorías étnicas aprovecharon…