La sociedad civil, con las mujeres a la cabeza, se enfrenta a la falsa dicotomía “Daesh o Al Assad” e intenta llamar la atención de la comunidad internacional sobre la impunidad en Siria.
Hace años que la cobertura de Siria ha quedado monopolizada por los aspectos geopolíticos de un conflicto que ha supuesto la muerte de cientos de miles de personas y causado millones de refugiados. Los intereses geoestratégicos de las grandes potencias implicadas en la guerra nos colocan en un escenario en el que el país se dirime sin los sirios que protagonizaron en 2011 protestas multitudinarias en las que se pedía libertad, justicia y dignidad.
A medida que la narrativa geopolítica se impone, reciben cada vez menos atención cuestiones internas económicas, sociales y políticas. Apenas son visibles las distintas iniciativas de promoción de la sociedad civil que sobreviven, cada vez con más dificultades, bajo la represión del régimen sirio en las zonas que controla, los bombardeos del régimen en zonas fuera de su control, y los abusos cometidos por grupos extremistas, con el autodenominado Estado Islámico (Daesh, por su acrónimo en árabe) a la cabeza.
En estas iniciativas de sociedad civil siria, que se centran hoy en reivindicar el cese de las violaciones de derechos humanos y la puesta en marcha de procesos de reparación y justicia, ha sido clave desde los inicios el papel de las mujeres. En este ámbito se centra este artículo, que no aborda la implicación de las mujeres en la lucha armada. Este último aspecto requeriría un trabajo en profundidad que tratase tanto la participación de mujeres sirias en brigadas de la oposición armada a Bashar al Assad como la de la lucha contra Daesh, con especial atención a las mujeres kurdas y las implicadas en las Fuerzas de Defensa Siria, que…