INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1370

El exministro de Defensa ruso, Sergéi Shoigú durante el Día de la Victoria, el 9 de mayo de 2024, en Moscú. GETTY

Movimiento de peones en el Kremlin

Vladímir Putin ha decidido empezar su quinto mandato con un sonoro golpe de timón, cesando a Sergéi Shoigú, encargado de la cartera de defensa durante los últimos doce años. En su lugar ha colocado a quien hasta ahora era el primer viceprimer ministro, Andréi Beloúsov.
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Dado que ese movimiento se produce en plena guerra en Ucrania, cabría pensar que se trata tanto de un castigo a quien ha sido uno de los más fieles aliados de Putin a lo largo de su carrera, como de un intento por cambiar el rumbo de una aventura militarista que está lejos de rendir los frutos deseados.

Otra lectura de lo ocurrido es que, por un lado, Shoigú no desaparece de la escena política, sino que pasa a ser el nuevo secretario del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, convertido por tanto en el interlocutor directo del estadounidense Jake Sullivan en la gestión de una agenda bilateral repleta de asuntos del máximo interés, que no tendría sentido encargar a alguien que ha sido sustituido. Ese movimiento viene acompañado del paso de Nikolái Pátruchev, que hasta ahora ocupaba ese mismo puesto en un Consejo en el que Dmitriv Medvéded figura como vicepresidente bajo la autoridad del propio Putin, a la administración presidencial como consejero personal.

Por otro, la designación de Beloúsov va acompañada del mantenimiento en su puesto, al menos de momento, de Valeri Gerásimov como jefe del Estado Mayor. En síntesis, de ahí se deriva que Putin ha apostado por mantener a Gerásimov como el encargado principal de la planificación y la dirección de la guerra en Ucrania, mientras que la experiencia en el área económica de Beloúsov le parece idónea para intentar mejorar la coordinación entre las diferentes instancias directamente implicadas en una economía de guerra como la que ya ha adoptado Rusia, calculando que la prolongación del conflicto terminará por cansar a los aliados occidentales de Kiev y por convencer a Volodímir Zelenski de la necesidad de aceptar algún tipo de acuerdo favorable a Moscú.

En definitiva, estaríamos ante un reparto de funciones dentro…

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