La movilidad laboral internacional en las Américas se ha constituido en una pieza fundamental del crecimiento económico. Es una migración caracterizada por el continuo crecimiento, la presencia de inmigrantes de bajos ingresos, un mayor número de transnacionalizados y la preponderancia de mujeres. En algunos casos, la migración se produce a consecuencia de desastres naturales en los países de origen. En todo caso, es un fenómeno que contribuye a la economía de estos países. La migración incide en el desarrollo, lo que puede ilustrarse en el caso centroamericano. Sin embargo, a pesar de la magnitud del impacto de las remesas, los gobiernos no implementan políticas de desarrollo adecuadas y no permiten el aprovechamiento de la relación de migración y desarrollo. Por otra parte, hay que tener en cuenta cómo influye la política migratoria de un país en algunas de estas tendencias, como por ejemplo, la realidad del inmigrante indocumentado, presente en el debate actual sobre la reforma migratoria en Estados Unidos, que refleja la complejidad del fenómeno inmigratorio.
Según datos de las Naciones Unidas, cerca de 37 millones de latinoamericanos residían en el exterior en 2013, un aumento de 11 millones en relación con el año 2000. El 78 por cien residía en EE UU, Canadá y Europa. El tamaño de la migración latinoamericana es significativo, ya que un 40 por cien de los hogares de la región tiene un familiar en el exterior. A esto hay que añadir los más de ocho millones de latinoamericanos que residen y trabajan en la propia región, en países como Costa Rica o Brasil, sociedades con asimetrías económicas significativas con sus vecinos.
¿Quiénes son? ¿Por qué emigran?
En la mayoría de los casos el inmigrante es una persona de escasos recursos, sin documentos, con bajos niveles de educación y socialmente vulnerable. Por ejemplo,…