POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 18

Mi misión en el golfo Pérsico

Evgeni Primakov
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Todos los encuentros, contactos, charlas e intercambios de opiniones con dirigentes de diversos países en esta gira, he de decir que los realicé por orden del presidente Mijaíl Gorbachov. Durante mi trabajo me guié ante todo por las instrucciones que recibí directamente del presidente de la URSS. Y ahora pasaré a explicar el desarrollo de mi misión.

Irak ocupó inesperadamente Kuwait y luego se lo anexionó. Estas acciones provocaron un repudio casi universal. El Consejo de Seguridad adoptó una serie de resoluciones exigiendo que Irak retirara sus tropas de Kuwait. Las resoluciones contemplan además sanciones económicas. En este plano, la postura adoptada por la Unión Soviética no se distingue apenas de la posición adoptada por la comunidad mundial.

Abogamos por la retirada iraquí de Kuwait, por el restablecimiento en este país de la situación existente antes del 2 de agosto. Abogamos porque Irak, que se anexionó otro Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas, no tenga indemnización de ninguna clase.

Creo que esta postura debe interpretarse en un sentido más amplio. El problema no está sólo en la anexión de Kuwait por Irak. Se ha sentado un precedente peligroso que va en contra de los esfuerzos encaminados a crear un mundo libre de guerra y agresiones. No cabe duda de que la postura adoptada por la Unión Soviética reviste enorme importancia no sólo respecto de los acontecimientos concretos del golfo Pérsico. Es obvio que el mundo está saliendo del estado de “guerra fría”. Se necesita un nuevo código de conducta, un nuevo orden mundial, basado en la imposibilidad de que un Estado emplee la fuerza en sus intereses egoístas contra otros Estados. Ya tenemos la triste experiencia de los años 30. En las condiciones actuales hay que hacer lo máximo posible para que esa experiencia no se repita….

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