El estancamiento permanente de la economía italiana es causa y consecuencia de la mala salud de la política del país durante todos estos años, con un Parlamento muy fragmentado y gran presencia de partidos populistas. La última decisión de los italianos ha sido ponerse en manos del populismo de extrema derecha para intentar reconducir la situación tras el gobierno tecnócrata del economista más prestigioso del país, Mario Draghi. Pero el experimento ya ha dado un gran susto: el déficit público se ha disparado hasta el 8,2% del PIB (acumulado de cuatros trimestres). Se trata del país de la zona euro con más déficit, multiplicando por más de dos la media europea.
Con estos números, el gobierno de Giorgia Meloni se arriesga a sufrir un episodio de ataque financiero contra el país similar al que vivió Reino Unido cuando la exprimera ministra Liz Truzz anunció una gran bajada de impuestos. Solo…