En el creciente debate sobre el futuro de la UEM se corre el riesgo de perder de vista lo más importante: es esencialmente una empresa política. Recordar este hecho no es negar sus motivos económicos, sino recalcar que hay mucho más en juego.
En el creciente debate sobre el futuro de la UEM se corre el riesgo de perder de vista lo más importante: es esencialmente una empresa política. Recordar este hecho no es negar sus motivos económicos, sino recalcar que hay mucho más en juego.