La crisis podría profundizar la fractura económica del Mediterráneo, en lugar de cerrarla, lo cual haría más hipotética la creación de un conjunto regional integrado. En Túnez y Rabat, además de intentar superar la actual situación, existe la voluntad de poner en práctica un enfoque estratégico a largo plazo. En Argelia, las medidas se orientan a satisfacer las necesidades inmediatas. ¿Permitirán transformar una economía en la que los hidrocarburos representan un 40% del PIB?
En Túnez y Rabat, la preocupación por amortiguar los efectos de la crisis no impide que los gobiernos impulsen una nueva orientación estratégica de sus economías. Mientras que en Argel, las autoridades tardan en implantar una estrategia de diversificación que permita salir de la dependencia de la exportación de hidrocarburos, con graves consecuencias para el futuro del país.
Desde hace casi medio siglo, la desunión es permanente en el Magreb. Por ello, apenas sorprende ver a esta región ?la única del mundo cuyo comercio intrarregional es muy inferior a sus intercambios con el resto del mundo? optar por respuestas individuales y estrategias económicas diferentes ante la crisis financiera y económica mundial.
En la Unión del Magreb Árabe (UMA), creada en 1989, hay un enorme contraste entre por una parte Libia y Argelia, dos países petroleros que dependen extremadamente de la exportación de hidrocarburos y, por otra, Marruecos y Túnez, otros dos países poco dotados de recursos naturales que, sin embargo, han conseguido construir dos economías bastante diversificadas. Si se juntan todos los sectores y productos, Libia y Argelia son los primeros exportadores de la orilla sur del Mediterráneo hacia la Unión Europea (UE), con 27.300 y 21.100 millones de euros, respectivamente. Pero si se excluyen los hidrocarburos, Túnez es el campeón en cuanto a exportación (6.700 millones de euros), seguido de Marruecos (5.300 millones de euros)….