Piedra de toque del estado de los derechos humanos en general, el colectivo de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales, LGBT, es objeto de dura represión. De ser una cuestión con presencia marginal en la agenda global de derechos, hoy es pieza central del debate.
En todas las regiones hay personas que sufren violencia y discriminación debido a su orientación sexual o identidad de género. En muchos casos, la sola percepción de homosexualidad o identidad transexual pone a las personas en situación de riesgo. Las vulneraciones consisten, entre otras, en asesinatos, violaciones y agresiones físicas, torturas, detenciones arbitrarias, denegación de los derechos de reunión, expresión e información y discriminación en el empleo, la salud y la educación”. Así comienza el primer informe oficial de las Naciones Unidas sobre derechos humanos, orientación sexual e identidad de género elaborado por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) en 2011. La relación de vulneraciones constituye un importante recordatorio de la naturaleza y el alcance de los abusos sufridos por las personas a causa de su orientación sexual o identidad de género real o percibida.
Si el contenido del informe –con su detallada retahíla de abusos en todas partes del mundo– es la cara oscura, su mera existencia es un rayo de luz. El informe es resultado de una revolucionaria resolución aprobada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra en junio de 2011, donde se pedía a la OACDH que realizase un estudio “a fin de documentar las leyes y prácticas discriminatorias y los actos de violencia cometidos contra personas por su orientación sexual e identidad de género”. La resolución fue aprobada por un estrecho margen, pero obtuvo el respaldo de miembros del Consejo de todas las regiones del mundo.
Con este informe, los abusos dirigidos contra las…