La utilización de niños-soldado es el grado más extremo de explotación infantil. Afganistán, Colombia, Myanmar, Sri Lanka, Uganda y Nepal, entre otros países, emplean a menores como espías, combatientes, centinelas o esposas a la fuerza en el caso de las niñas.
En la mayoría de las guerras actuales se reclutan niños para usarlos como soldados. En la actualidad, combaten niños y niñas en 17 países, en las filas de grupos armados no estatales, en ejércitos nacionales y en milicias vinculadas al gobierno.
Los niños participan en casi todos los aspectos de la guerra: como espías, centinelas, vigilantes, cocineros, porteadores y, a menudo, como combatientes en el frente de batalla. Las filas de niños-soldado incluyen niñas de apenas ocho años reclutadas por la guerrilla en Colombia, muchachos adolescentes amenazados con ir a la cárcel si se niegan a enrolarse en el ejército estatal birmano y niños utilizados en atentados suicidas en Afganistán e Irak. Por lo general, a estos niños se les priva de la asistencia a la escuela, se les separa de sus familias y se ven sumidos en una existencia agotadora y violenta.
Se desconoce el número exacto de niños-soldado en todo el mundo, pero son seguramente muchas decenas de miles. Aunque por lo general se asocian más con conflictos en países de África, pueden encontrarse niños-soldado en prácticamente todas las regiones. Por ejemplo, en la actualidad hay niños combatiendo en Colombia, Irak y seis países de Asia (Afganistán, Myanmar, India, Indonesia, Filipinas, Sri Lanka y Tailandia).
Los principales responsables del reclutamiento de niños-soldado son los grupos armados clandestinos, que son los más numerosos. Docenas de estos grupos emplean niños, entre ellos los Tigres Tamiles de Sri Lanka, el Ejército de Resistencia del Señor (LRA, en sus siglas en inglés) de Uganda, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia…