Los datos de origen humano, como los obtenidos en las redes sociales, son los que más llaman la atención, pero el mayor incremento de datos procede de conjuntos generados por máquinas, como el seguimiento del comportamiento de los clientes o los análisis de mercados financieros.

He titulado macrodatos este artículo aprovechándolo para reivindicar una voz castellana frente al término inglés que se utiliza de forma tan mayoritaria, pero al que tampoco he querido robar protagonismo y he mantenido en el propio titular, sabedor de que hoy día mucha gente lo conoce así: macrodatos = Big Data.

Participé hace poco tiempo en la reunión del consejo asesor de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) donde determinamos y sugerimos a los hispanohablantes que “macrodatos es una alternativa en español a la voz inglesa big data, que se emplea en el sector de las tecnologías de la información y de la comunicación para aludir a un conjunto de datos que por su volumen, su variedad y la velocidad a la que necesitan ser procesados, supera las capacidades de los sistemas informáticos habituales. El término macrodatos es una alternativa válida pues aporta, como big, el significado de grande; es una solución breve y no tiene, como ocurriría con megadatos, un posible riesgo de confusión con el término mega, muy frecuente también en los mismos ámbitos”.

La posibilidad de que esta recomendación de Fundéu prospere quizá no es muy alta, pero la que sí es alta es la de que prospere esta nueva ciencia de los datos que se esconde tras este término…