Violencia y crimen organizado en el Sahel
La obra aquí reseñada es fruto de un extenso trabajo de campo realizado por su autora, Beatriz Mesa, a lo largo de 15 años, una experiencia única en un contexto altamente complejo que permea en todo su análisis. El conocimiento fino del terreno que nos traslada la autora a través de esta obra exhaustiva permite deconstruir todas las narrativas esencialistas que han proliferado sobre el fenómeno de la violencia en el Sahel. Estas lecturas simplificadoras y, a menudo, calcadas de otros contextos refuerzan visiones distorsionadoras que han sustentado estrategias equivocadas para combatir el fenómeno de la proliferación de los grupos armados en el Sahel y la descomposición de los Estados.
Los grupos armados del Sahel se compone de seis capítulos divididos en dos partes: los tres primeros capítulos introducen el marco teórico “pensar las guerras y los conflictos contemporáneos” que orienta la reflexión de la autora. Beatriz Mesa recuerda las principales teorías que se han desarrollado para analizar los conflictos, insistiendo en la necesidad de analizar un fenómeno complejo con muchas lógicas que se cruzan para entender la actuación de estos grupos, sus élites dirigentes y los mecanismos de reclutamiento.
Expone también, en esta primera parte, los antecedentes de la insurrección en el Azawad, así como las múltiples facetas del yihadismo en el norte de Malí. La historia de la insurrección armada en esta región se desarrolló en torno a tres periodos principales: el primero marcado por el movimiento de resistencia a la ocupación colonial y la emergencia de movimientos rebeldes secesionistas; el segundo marcado por las consecuencias de la guerra civil argelina; y, por último, el tercero caracterizado por la internacionalización del conflicto y la expansión de las redes del crimen organizado.
Beatriz Mesa describe, además, la diversidad étnica de Malí con los tuaregs, los bella, los songhais, los peuls que el poder colonial también había instrumentalizado para mantener su control sobre la población y el territorio. Estas tensiones se alimentaron con la creación artificial de un Estado tras el proceso de descolonización. Los enfrentamientos intracomunitarios por el control del espacio fueron avivados por la colonización, al desaparecer las estructuras tradicionales y los mecanismos de alianzas que habían prevalecido antes de la imposición del régimen colonial. Particularmente interesante resulta el análisis de la historia de los movimientos de resistencia tuareg a la creación, por parte de la potencia colonial, de la Organización Común de las Regiones Saharianas (OCRS), proyecto que finalmente terminaría fracasando.
La segunda parte del libro se centra en los procesos de transformación de los grupos armados por la economía criminal que ha exacerbado las luchas intracomunitarias por el control de las redes del tráfico. Beatriz Mesa insiste en el carácter híbrido de las acciones terroristas y criminales y en la dificultad de dibujar fronteras claras entre los dos fenómenos.
También explica cómo el crimen organizado se ha convertido en un elemento perturbador de las alianzas tradicionales y la jerarquía en el funcionamiento tribal.
La investigación de Beatriz Mesa se focaliza en Malí y desmenuza los engranajes del sistema económico que alimenta la violencia de los grupos armados así como los conflictos intra e intercomunitarios: una economía criminal basada en el tráfico de personas (secuestros), drogas y armas y que se expande a la sombra de la descomposición del Estado maliense a partir del año 2012.
El libro ofrece un análisis muy completo del contexto político y económico de Malí previo al conflicto armado de 2012 que cumulan crisis alimentaria, presión demográfica, escasez de recursos, factores que han exacerbado los potenciales conflictos entre comunidades. Otro elemento clave para comprender las dinámicas de los grupos armados en el Sahel es la guerra civil argelina de los años noventa, en el origen de los primeros grupos armados como el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, matriz de los grupos yihadistas que proliferaron luego en el Sahel.
El grueso de la obra de Beatriz Mesa explica el proceso de consolidación e inserción de los grupos armados en la estructura del crimen organizado a nivel internacional.
Así mismo describe la complejidad de un conflicto donde chocan y rivalizan diferentes percepciones de las amenazas a la seguridad: mientras que para el gobierno maliense los grupos secesionistas de los tuaregs representan una amenaza mayor, para Occidente, con Francia a la cabeza liderando la operación Serval y luego Barkhane, son los grupos yihadistas los que se consideran como el desafío más importante y el motivo principal de su implicación en el conflicto.
La utilización de las estrategias tradicionales de división, que consisten en apoyarse en unos grupos contra otros, han añadido aún más complejidad en unos juegos de alianzas fluidas motivados por intereses estratégicos a corto plazo donde la visión ideológica y la creencia religiosa son meros instrumentos de poder desplegados a conveniencia de las lógicas de poder imperantes.
La autora realiza una cartografía de los diferentes grupos armados, distinguiendo entre los llamados grupos armados legítimos (incluidos en el proceso de paz que condujo a la firma de los Acuerdos de Argel en 2015) y los no legítimos, los que se han quedado fuera del proceso. Desmenuza los motivos políticos y económicos que ostentan los grupos armados, ya no guiados por idearios u objetivos políticos precisos, sino por el control de los recursos y del territorio para mantener los beneficios de sus lucrativos negocios, para lo cual la permanencia de un Estado débil es también necesaria.
La tesis principal y magistralmente argumentada por la investigadora Beatriz Mesa es que la causa principal de la inseguridad e inestabilidad del Sahel tiene que ver con el crimen organizado. Apoyándose en autores como David Klein y Paul Collier y las claves explicativas de los conflictos basadas en las nociones de avaricia y oportunidad (greed and grievances), explica que los factores económicos son determinantes a la hora de comprender la evolución de las dinámicas de los grupos armados en el Sahel. Así mismo, la inmersión en las redes del crimen organizado ha transformado a los actores y sus motivaciones, pasando a un segundo término los agravios políticos e ideológicos que impulsaron la creación de algunos grupos armados.
Los grupos armados del Sahel es un libro muy relevante cuyo valor añadido es, sin duda, la comprensión fina de los mecanismos que alimentan la violencia en el Sahel y que solo se puede realizar a partir de una investigación sobre el terreno de este calado. La obra de Beatriz Mesa resulta, por tanto, imprescindible para entender mejor las dinámicas de violencia en el Sahel y alejarse de simplificaciones.