Alemania registró en mayo su primer déficit comercial desde 1991. Es el peor resultado desde que se consolidó la reunificación tras la caída del muro de Berlín. El hito no preocupa por su magnitud, 1.000 millones de euros, pero sí es ilustrativo de la situación que vive el país. De hecho, Alemania tiene una “excusa” para el mal dato: el coste disparado de la energía debido a la crisis. El gasto en importaciones ha escalado un 28% en el último año, nada menos que 27.500 millones de euros que se van directamente al exterior.
El sector exportador difícilmente podría compensar esta factura energética, pero sus resultados no son satisfactorios. En los años previos a la pandemia, las exportaciones se mantuvieron estancadas mientras que las importaciones siguieron creciendo. Desde 2015 hasta el inicio de la pandemia, el superávit comercial se fue reduciendo lentamente, marcando un claro agotamiento del sector exportador alemán….