La idea de una potencia hegemónica benevolente desaparece ante la arrogancia económica surgida tras el fin de la guerra fría. Superar la crisis de 2008 exige elaborar nuevas guías de gobierno económico.
The Leaderlesss Economy: Why the World Economic System Fell Apart and How to Fix it
Peter Temin y David Vines
New Jersey: Princeton University Press, 2013, 310 págs.
The Battle of Bretton Woods: John Maynard Keynes, Harry Dexter White and the Making of a New World Order
Ben Stein
New Jersey: Princeton University Press, 2013, 472 págs.
El mundo carece en la actualidad de una potencia dominante, un poder hegemónico que, como Estados Unidos tras la Segunda Guerra mundial, haga cooperar a las naciones por su propio bien. Es improbable que China ocupe el lugar de EE UU, ya que unos poderosos intereses políticos e industriales vinculan el país a una estrategia de inversión que pone el énfasis en la fabricación orientada a las exportaciones en lugar de a la demanda nacional. Alemania es una posible potencia hegemónica europea, pero se niega a desempeñar ese papel.
Peter Temin y David Vines, autores de The Leaderlesss Economy: Why the World Economic System Fell Apart and How to Fix it [La economía sin líderes: por qué se ha desmoronado el sistema económico mundial y cómo arreglarlo], sostienen que, “al igual que Gran Bretaña hace aproximadamente medio siglo, EE UU se ha convertido en parte del problema, no en la solución”. Los autores de este elocuente libro argumentan que el mundo no se ha recuperado de la crisis bancaria que estalló en 2008 en gran medida porque, a diferencia de los años cuarenta del siglo XX, ninguna nación posee poder suficiente para guiar la economía internacional hacia la prosperidad y el equilibrio.
Temin y Vines no se muestran amables…