Tres años después del inicio de la guerra de Irak, hay indicios de que algo cambia en el país, aunque la fragilidad de lo logrado es enorme. Aprobar una Constitución con la que se idetifiquen todos los iraquíes no será fácil.
Tres años después del inicio de la guerra de Irak, hay indicios de que algo cambia en el país, aunque la fragilidad de lo logrado es enorme. Aprobar una Constitución con la que se idetifiquen todos los iraquíes no será fácil.