Antoni Castel, Universitat Autònoma de Barcelona. Carlos Bajo, periodista
En poco más de una década, de 2000 a 2012, el uso de Internet en el continente aumentó un 3.606,7 por cien. Más allá de las iniciativas comerciales, las TIC han abierto una enorme cantidad de puertas a los usos sociales, desde la educación hasta la participación social y política.
A pesar de la baja penetración de Internet y del escaso poder adquisitivo de la mayoría de los africanos, África destaca por la vivacidad de las redes sociales como instrumentos para fiscalizar los gobiernos y por las iniciativas sociales que surgen para aprovechar el potencial de las tecnologías de la comunicación (TIC). En el norte de África, en la denominada Primavera Árabe, las redes sociales contribuyeron a la difusión de los excesos de unos regímenes dictatoriales, como el tunecino y el egipcio, y a informar de la represión. Fueron, por tanto, agentes de unas movilizaciones que acabaron en 2011 con los regímenes del tunecino Zine el Abidine ben Alí y el egipcio Hosni Mubarak.
En África subsahariana, el uso de las redes sociales como instrumentos de movilización ha sido determinante en Senegal, país donde blogueros, jóvenes y urbanos en su mayoría, se organizaron para evitar que un pucherazo impidiera la elección de Macky Sall en 2012. También se utilizaron en las elecciones de Nigeria y Ghana, y en las protestas de Yibuti, Sudán, Angola y Mozambique, entre otros países.
Pero las redes sociales no están solo al servicio de la movilización. En Kenia, el desarrollo de una plataforma, Ushahidi, después exportada a otros países, como Costa de Marfil e incluso a Colombia, permitió a los keniatas conocer en detalle, en un mapa que se podía consultar en Internet, los lugares donde se producían persecuciones o matanzas entre los seguidores del presidente Mwai Kibaki y el opositor Raila Odinga, tras las…