Potenciar a la pequeña y mediana empresa mediante su integración en consorcios y favorecer la creación de empresas promotoras de comercio exterior son medidas útiles para participar en un mercado internacional cada vez más exigente. Asimismo, plantea la necesidad de que la política comercial de un país sea asumida no sólo por las administraciones públicas, sino por todos los agentes económicos involucrados a través de una mayor coordinación.