En las últimas décadas, los populistas han llegado al poder en una larga lista de países. Italia eligió a Silvio Berlusconi y Turquía a Recep Tayyip Erdogan. Venezuela tuvo a Hugo Chávez y ahora tiene a Nicolás Maduro; su vecino, Brasil, fue gobernado por Jair Bolsonaro hasta 2023. El actual presidente de Argentina, el anarcocapitalista Javier Milei, es claramente populista. Y Estados Unidos votó a Donald Trump para que llegara al poder en 2016 y lo volvió a hacer el 5 de noviembre de 2024.
Deslumbrantes, divertidos, a veces francamente grotescos, los líderes populistas abarcan todo el espectro político. Chávez y Maduro son socialistas, mientras que Milei y Trump son conservadores. A veces, los líderes desafían la simple categorización izquierda-derecha. Lo que todos tienen en común es el deseo de consolidar el poder utilizando el mismo mensaje airado. Los populistas se venden a sí mismos como outsiders que luchan por las masas, representando al “pueblo real” frente a una élite corrupta.
El populismo está en auge. Pero, aunque en los últimos años se han debatido ampliamente sus efectos en los sistemas políticos de los países y hasta qué punto fomenta la decadencia democrática, sus implicaciones económicas han sido poco estudiadas. ¿Qué políticas económicas siguen los populistas y con qué resultados?
Para colmar esta laguna, hemos llevado a cabo un estudio exhaustivo del liderazgo populista en todo el mundo. Construimos un conjunto de datos que abarca 120 años de historia y 60 países e identificamos a 51 líderes populistas, que definimos como aquellos que sitúan el conflicto entre el “pueblo” y las “élites” en el centro de sus campañas electorales o de su gobierno. A continuación, estudiamos las políticas económicas que aplicaron y las consecuencias que siguieron.
Los resultados han sido desalentadores. Aunque, a primera vista, el liderazgo populista puede parecer…