A pesar de las cancelaciones y de la evidente disminución de los megaproyectos inmobiliarios, un caudal de IED procedentes del Golfo sigue fluyendo en el Magreb. Hasta 2007, los dirigentes locales recibieron bien los megaproyectos; desde entonces, el contra-lobby nacional ha cambiado el equilibrio de fuerzas. A los operadores del Golfo les beneficiaría una mayor cooperación con las pymes europeas, para complementarse en cuanto a sus puntos fuertes y a los retos.