El mayor honor que podría alcanzar en mi vida es el de tener bajo mi mando esas magníficas tropas británicas y ser capaz de poner parte de mis tropas bajo su mando”, general Norman Schwarzkopf, mayo de 1991.
El objetivo de este breve estudio es analizar las Fuerzas Armadas británicas, sobre todo a partir de la creación de una fuerza integrada en su totalidad por voluntarios (“A-VF” All Volunteer Forcé) que siguió a la derogación en 1957 de la ley del servicio militar de 1948. Es evidente que esta decisión, tomada en gran medida por motivos económicos, políticos y militares ha sido un gran acierto y que la presión por parte de la opinión pública o de los partidos políticos para anularla es escasa, sobre todo tras los últimos acontecimientos en el golfo Pérsico.
Cada país debe decidir la composición de sus Fuerzas Armadas. La gran mayoría de los países de la OTAN recurre al servicio militar obligatorio. En este estudio no se propone que España deba renunciar al servicio militar obligatorio sustituyéndolo por el voluntariado, si bien ciertos aspectos de la experiencia británica puede que se consideren importantes para el debate sobre el futuro de las Fuerzas Armadas españolas.
La mayoría de los países miembros de la OTAN reconsiderarán sus necesidades de efectivos militares, cuando no el sistema mismo de reclutamiento, a la luz del reciente tratado de reducción de fuerzas convencionales en Europa y de la considerable presión económica que sufren sus presupuestos de Defensa, en constante disminución. El tan traído y llevado descenso demográfico constituye también un factor de creciente importancia, al igual, por supuesto, que la eficacia de las fuerzas durante una situación de emergencia. La incertidumbre provocada por la guerra del Golfo, la situación en la URSS y en el Mediterráneo y el aumento de…