Arabia Saudí es, sin duda, el productor de hidrocarburos mejor preparado para capear la caída de los precios del petróleo. La pregunta es, ¿por cuánto tiempo?
La evolución de los precios del petróleo ha suscitado muchos interrogantes sobre la sostenibilidad económica y política interna de la estrategia de Arabia Saudí que consiste en dejar que el mercado se ajuste expulsando a los productores de crudos más caros y defender su cuota de mercado a expensas de reducir sus ingresos. Este artículo argumenta que esta estrategia sigue una lógica económica impecable; que resulta económicamente sostenible a corto plazo, e incluso a medio si se aplican los ajustes presupuestarios y las reformas previstas; pero que, sin duda, implicará un coste elevado en términos de crecimiento económico y creación de empleo en un contexto de menor espacio fiscal para mantener las políticas de apaciguamiento social de años recientes, impidiendo al gobierno recurrir a subsidios de todo tipo, subidas salariales, expandir el empleo público o fomentar el privado con nuevos mega-proyectos de inversión.
La lógica de los precios
La caída de los precios del petróleo ha puesto contra las cuerdas a los países productores y a las compañías petroleras, públicas y privadas. En el momento de escribir estas líneas, países como Azerbaiyán ya están barajando solicitar un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI). La situación económica es igualmente difícil en productores latinoamericanos como Venezuela y Ecuador, también candidatos al rescate pero huérfanos de rescatador. Mientras, los gobiernos de Kazajistán, Brasil y México temen verse obligados a rescatar, total o parcialmente, a sus respectivas compañías nacionales, KazMunaiGas, Pemex y Petrobras. La lista de damnificados se extiende a los demás países productores, algunos de los cuales deben afrontar la caída de precios en contextos de conflicto que requieren recursos para luchar contra insurgencias o grupos…