La comparación entre Níger y Malí muestra la complejidad política de la región, donde las respuestas locales afectan en gran medida a las trayectorias futuras de las crisis.
Cuando la región africana del Sahel, que se extiende de Senegal a Somalia, aparece en las noticias, suele deberse a una tragedia. Un gobierno elegido democráticamente es derrocado por un golpe de Estado, como sucedió en Malí en marzo. Occidentales secuestrados por militantes musulmanes mueren durante un rescate fallido, como sucedió en Nigeria en febrero. Rebeliones separatistas crean una crisis de refugiados. Las lluvias escasean y la sequía y el hambre invaden el Sahel año tras año, llenando los noticiarios occidentales con fotos de caras africanas escuálidas mientras las agencias de ayuda humanitaria suplican contribuciones…