Producción y demanda de drogas se conjugan en el continente americano. Las rutas del narcotráfico atraviesan México, Centroamérica y el Caribe, y llegan a Europa a través de África Occidental. La naturaleza transnacional del problema requiere cooperación interregional. América del Sur produce casi toda la cocaína disponible en el mundo y en América del Norte se consume casi la mitad de ella (y la mayoría de lo que queda se dirige hacia Europa). El hemisferio americano produce más de la mitad de la hierba de marihuana en el mundo, y un 10 por cien de los norteamericanos la fuman al menos una vez al año. El tráfico ilícito de heroína, precursores químicos y drogas sintéticas es predominantemente intrarregional. En resumen, la demanda de drogas en el continente es satisfecha a través de la oferta de drogas en el mismo. El problema, por tanto, debe ser tratado como un problema de seguridad hemisférica.