Terminada la guerra fría. Cuando por fin las relaciones comenzaron a entibiarse, corrieron ríos de iniciativas. El 17 de diciembre de 2014, Barack Obama y Raúl Castro hicieron historia al anunciar su intención de normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. En cuestión de semanas, altos cargos diplomáticos de ambos países acordaron negociar el restablecimiento de relaciones. Los grupos de trabajo comenzaron a desentrañar multitud de asuntos, desde la recuperación del servicio postal entre ambos países hasta la expansión de las conexiones aéreas, pasando por la cooperación en materia de derechos humanos.
En abril Cuba ha asistido por primera vez a la Cumbre de las Américas; Obama y Castro se reunieron en privado durante más de una hora. Ha sido el primer encuentro cara a cara entre los presidentes de EE UU y de Cuba desde la revolución de 1959. Apenas tres días después de encontrarse con Castro, Obama anunció su decisión de sacar a Cuba del listado del departamento de Estado de países que auspician el terrorismo internacional. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas plenas parece inminente. Los acontecimientos se precipitaron gracias al cambio instigado por Obama en la tradicional política de aislamiento diplomático y bloqueo económico, diseñada para subvertir la revolución cubana. “Introduciremos en esta política los cambios más importantes de los últimos 50 años”, declaró en el discurso que dirigió a la nación el 17 de diciembre. “Pondremos fin a la obsoleta postura que hemos mantenido durante décadas sin que haya servido para fomentar nuestros intereses. En su lugar, empezaremos a normalizar las relaciones entre nuestros dos países”. La respuesta global al esperado anuncio fue extraordinariamente positiva. La Unión Europea dio pronto su beneplácito a la nueva postura, la cual sumaba a EE UU al proceso de acercamiento a Cuba emprendido ya por Europa. “Hoy ha…