Por su historia y su sociología, Francia siempre ha sido un país permeable a los enfrentamientos religiosos. La progresiva llegada a su territorio de una importante comunidad musulmana ?alrededor de cinco millones de personas? despertó viejos demonios y tuvo su mayor episodio en la ?batalla del chador?. La cuestión de la religión ha surgido de pronto como un problema social.