Durante la guerra fría, las corrientes ideológicas fundamentales de la izquierda en América Latina y el Caribe heredaron de la tradición intelectual de los siglos XIX y XX la obsesión por la identidad histórica y cultural de esa parte del mundo. Se trata de uno de los mensajes centrales del exhaustivo recorrido propuesto, en La invención de Nuestra América (2021), por el historiador argentino Carlos Altamirano, y de una evidencia documentable en la historia intelectual de la región.
Hasta 1960, los más logrados intentos de definir identidades nacionales o continentales se habían producido en un campo intelectual liderado por poetas y antropólogos, filósofos e historiadores (Domingo Faustino Sarmiento y José Martí, Rubén Darío y José Enrique Rodó, José Vasconcelos y Pedro Henríquez Ureña, Gilberto Freyre y Fernando Ortiz, Octavio Paz y Ezequiel Martínez Estrada), cuya localización en la izquierda era flexible o fluctuante, de acuerdo con los cánones doctrinales de la época. Con la guerra fría y, sobre todo, después de la revolución cubana de 1959, el gran debate sobre la identidad latinoamericana se concentró esencialmente en la izquierda. Quienes más protagónicamente intervinieron en las polémicas sobre lo latinoamericano o el latinoamericanismo fueron intelectuales con credenciales discernibles ya fuera en el marxismo, el comunismo, los diversos socialismos o en la amplia gama de populismos y nacionalismos revolucionarios.
La invención de Nuestra América
Carlos Altamirano
Siglo XXI. 2021, 224 págs.
Las venas abiertas de América Latina
Eduardo Galeano
Siglo XXI. 1971, 379 págs.
La identidad latinoamericana
En 1971 aparecieron dos ensayos que, de manera inocultablemente diversa, abordaban la cuestión de la identidad latinoamericana y caribeña: Calibán, del poeta cubano Roberto Fernández Retamar, y Las venas abiertas de América Latina, del narrador uruguayo Eduardo Galeano. El núcleo de la diferencia residía en la apelación de Fernández Retamar al…