Es necesario revisar la retórica de la UE sobre los refugiados palestinos, un verdadero desafío teniendo en cuenta la prioridad de las relaciones con Israel y EE UU.
A finales de febrero, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, avisó a los miembros del Consejo de Seguridad de que la crisis de refugiados en Siria había alcanzado dimensiones desproporcionadas debido a que el número de desplazados se había multiplicado casi por 30 en los últimos 10 meses. En un llamamiento a la solidaridad internacional para ayudar a la creciente población refugiada, Guterres rogó además a los miembros del Consejo que no se olvidaran de los refugiados palestinos afectados por el conflicto en Siria. Un mes más tarde, en la Conferencia Internacional sobre Ayuda Humanitaria y Desarrollo de Dubai, Filippo Grandi, comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), subrayó la necesidad de realizar un esfuerzo coordinado y exhaustivo para atender las consecuencias catastróficas del conflicto. A principios de mayo, cuando el número de refugiados sirios se había duplicado y el número de desplazados internos triplicado, la UNRWA alertó de que se estaba “matando, hiriendo y forzando a desplazar a un número mucho mayor y sin precedentes de refugiados palestinos”, más de la mitad había experimentado algún tipo de desplazamiento secundario, incluyendo 50.000 que huyeron a Líbano, otros 6.000 a Jordania y alrededor de 235.000 desplazados dentro de Siria…