Precisamente porque los alemanes somos conscientes de nuestra responsabilidad por la segunda guerra mundial comprendemos nuestra responsabilidad de trabajar por un mundo mejor, por un mundo de paz, de democracia y de solidaridad entre las naciones; por un mundo dé libertad y de derechos humanos; por un mundo en paz con la Naturaleza. La nación polaca fue la primera víctima de la guerra desencadenada deliberadamente por la Alemania de Hitler hace cincuenta años. Hoy queremos asegurar que el pueblo polaco puede confiar en su derecho a vivir dentro de unas fronteras seguras: esas fronteras no se pondrán en tela de juicio, ni en el presente ni en el futuro, por medio de reivindicaciones territoriales de los alemanes. La rueda de la historia no dará marcha atrás. Conjuntamente con Polonia queremos trabajar por un futuro mejor para Europa. La inviolabilidad de las fronteras es la base de las relaciones pacíficas en Europa.
Desde su creación, la República Federal de Alemania ha forjado una política de paz para Europa. Como miembro de la Comunidad Europea y de la Alianza Atlántica, pertenecemos a la familia de las democracias occidentales. Estamos vinculados con los Estados Unidos por una profunda amistad, por la Alianza y por nuestro compromiso con valores comunes. Esto lo reafirmó el presidente Bush de manera impresionante en su discurso en Maguncia. Con Francia hemos establecido una asociación y una cooperación muy particulares, como se refleja en el Tratado Franco-Alemán y en nuestras políticas actuales. Esto nos señala el futuro. Los rieles para el desarrollo del que somos testigos en Europa, ante las perspectivas que hoy contemplamos, fueron puestos al fundarse la Comunidad Europea, fueron puestos por los Tratados de Moscú y de Varsovia, por el Tratado con la Unión Soviética, por el Tratado Fundamental con la República Democrática Alemana y por…