POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 84

La transformación necesaria: estrategias de prevención

Los servicios de seguridad e información se ven en la necesidad de reestructurarlas y abordar objetivos que no habían acometido con anterioridad.
Antonio M. Díaz Fernández
 | 

A lo largo de la historia, el ser humano se ha procurado la información necesaria para defenderse de las amenazas del entorno y aprovecharse de sus potencialidades. Las agresiones de otros pueblos, la protección de rutas y secretos comerciales o el conocimiento sobre la situación de ejércitos enemigos comportaban la utilización de diferentes medios para lograrlo. Desde el empleo de espías y exploradores a otros territorios, o la información que proporcionaban fugitivos, monjes o comerciantes, la variedad de instrumentos que han utilizado los gobernantes para mantenerse informados sobre lo que ocurría en su entorno ha sido extraordinaria.

El servicio de inteligencia que conocemos en la actualidad es fruto de un proceso de especialización administrativa que comienza a mediados del siglo XIX. La función que el poder político le asigna es la de suministrarle datos valorados, integrados con otras informaciones existentes, contrastados y evaluados, que reduzcan al mínimo la posibilidad de error y que le permita dirigir las grandes líneas políticas del Estado con la menor incertidumbre posible.

Con esta inteligencia, el poder político podrá transmitir instrucciones a otras partes de la administración para que emprendan alguna medida, tomarla en consideración para futuras decisiones, o bien requerir al servicio secreto que siga vigilando aquella fuente de riesgo a la espera de decisiones. Así, la diferencia esencial entre esta organización y otras que necesitan información para el ejercicio de sus funciones, es que mientras para las últimas la información es un producto mediato o accesorio, para los servicios de inteligencia es un producto final.

En sus orígenes, la información que requería el gobernante tenía que abarcar dos campos, el interior y el exterior. Ésta era recabada por el ejército y la interior por las fuerzas policiales existentes; si bien, el ejército podía excepcionalmente adentrarse en el terreno interno. Poco a poco estas…

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO