Genís Roca es socio director de la consultoría RocaSalvatella.
El cambio digital es ineludible, pero aún nos falta entender su tempo. El incesante ritmo de las novedades tecnológicas hace creer que evolucionamos rápidamente pero la verdadera naturaleza de los cambios depende de la adaptación social y esto es algo más sereno de lo que parece.
La evolución humana está marcada por hitos asociados a la aparición de una nueva tecnología. Los cambios de era, del Paleolítico al Neolítico o de la Edad Media a la Historia Moderna, están directamente vinculados a la aparición de una nueva capacidad técnica que modifica el sistema productivo (la industria lítica, la domesticación de las especies, el vapor o la electricidad) o los sistemas de transmisión del conocimiento (la escritura, la imprenta, la radio o el vídeo). Cada vez que ha aparecido una tecnología realmente disruptiva, la humanidad ha acometido cambios en sus modelos sociales y, por supuesto, en la economía y en los modelos de negocio.
Sin duda, lo digital es una de esas tecnologías disruptivas que va a marcar un cambio de era. Lo digital está transformando cómo nos relacionamos, está modificando los sistemas pedagógicos y alterando tanto escuelas como universidades; ha cambiado el concepto de información y está provocando un verdadero tsunami en los medios de comunicación, está cambiando los conceptos de representatividad y participación y poniendo en crisis los modelos tanto de sindicatos, como de partidos políticos. Y este fenómeno también llega con fuerza y rotundidad al mundo de la economía. Lo digital, pese a estar todavía en un momento incipiente de su desarrollo, ya ha comportado la desaparición de sectores que considerábamos estables y la aparición de nuevas industrias y protagonistas: Kodak y Google son dos ejemplos opuestos, mientras unos desaparecen otros surgen con una fuerza inusitada.
En este…