La segunda era de las máquinas
En 320 páginas dos trabajadores del MIT transforman nuestros paradigmas sobre economía y el mundo digital. Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee −director del Center for Digital Business del MIT e investigador, respectivamente− no creen en la economía de la escasez, sino que forman parte de una generación de teóricos del “nuevo crecimiento” o new growth. Para los autores de The Second Machine Age: work, progress and prosperity in a time of brilliant technologies deberíamos hablar de una economía global de la abundancia en la cual se espera un crecimiento sin precedentes causado por el inicio de la que denominan como segunda era de las máquinas.
La primera era de las máquinas comenzó cuando James Watt inventó la máquina de vapor transformando por completo el sistema de producción, y con ello, la vida y el trabajo. En pleno siglo XXI, la segunda era de las máquinas tiene como protagonistas a las computadoras y el mundo digital, que superan con creces el impacto que tuvo en su momento la máquina de vapor.
En The Second Machine Age los autores identifican la gran diferencia entre ambas revoluciones: mientras que en la primera los avances tecnológicos complementaban al hombre, que era quien mantenía la capacidad de decisión y el control del trabajo. La segunda era supone que en muchas ocasiones, son las mismas máquinas las que generan las decisiones más eficientes, restando importancia a la parte humana implicada en la estructura productiva. La consecuencia positiva de este proceso es que existe una mayor oferta de bienes y servicios, más variados y dotados de una calidad superior a precios menores: la revolución digital mejora el mundo físico y pone a nuestra disposición infinitas posibilidades de consumo.
Pero un cambio de tal calibre en la producción supone también una colisión frontal con el contrato social. Una nueva clase de élites compuesta por inversores y emprendedores se distanciará cada vez más de la masa de trabajadores, puesto que aunque la segunda era de las máquinas implica un aumento de la productividad, esta no se acompaña de un incremento de los empleos o salarios, todo lo contrario.
El siglo XXI y el avance de las tecnologías que lo acompaña no espera a nadie. El progreso imparable de la tecnología digital nos conduce a un punto de inflexión en el que la adaptación no puede hacerse esperar y la desigualdad futura −más preocupante que la actual− debe empezar a atajarse. Brynjolfsson y McAfee no se han olvidado de las respuestas a este gran desafío y proponen bajar los impuestos a los ingresos o renovar el sistema educativo.
El único pero es que aparte de estas políticas, The Second Age Machine no innova demasiado en las recomendaciones a los Estados para reducir al brecha social, y es por ello que Diego Beas en esta reseña para #PolExt161 propone un complemento indispensable para responder a las grandes cuestiones que plantea esta tecnología: la lectura de Average is over: powering America beyond the age f the Great Stagnation.