La victoria de Yeltsin de 1996 no significa el fin de las rivalidades en la escena política rusa. El futuro más cercano mostrará hasta qué punto Rusia depende de la salud de su presidente.
La victoria de Yeltsin de 1996 no significa el fin de las rivalidades en la escena política rusa. El futuro más cercano mostrará hasta qué punto Rusia depende de la salud de su presidente.