La crisis del golfo Pérsico ha supuesto la reactivación del ambicioso proyecto hispano-italiano consistente en extender al conjunto del Mediterráneo los principios de distensión y cooperación imperantes en Europa mediante la convocatoria de una Conferencia de Cooperación y Seguridad en el Mediterráneo (CSCM). Resulta evidente que la crisis no ha hecho sino reforzar y reafirmar la necesidad de tal marco de cooperación, y más aún si tenemos en cuenta los apoyos que la CSCM ha venido recibiendo desde que la propuesta se hiciera pública el pasado mes de septiembre. Tras varios meses de reflexión, discusión y análisis, los aspectos diplomáticos del proyecto parecen encontrarse en una fase avanzada, y ello debido, en gran parte, a la institucionalización de unas estructuras de diálogo permanente entre los cuatro países ribereños, miembros de la Comunidad Europea, y las cinco naciones integrantes de la Unión del Magreb Árabe (UMA) en las llamadas reuniones “cinco más cuatro”.
La CSCM, cuyo objetivo no sería el de resolver problemas concretos, sino el de crear un marco global y gradual de principios, podría actuar en un futuro próximo como estructura complementaria y autónoma de la CEE, y como esquema de acompañamiento a los arreglos para la llamada poscrisis del Golfo y la resolución de la cuestión palestina.
Se trata, en suma, y tal como lo expresó el ministro español de Asuntos Exteriores el pasado 31 de enero ante la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados, de que la CSCM “ofrezca un paraguas en el que puedan inscribirse los mecanismos concretos para la solución de los conflictos”.
La inauguración en Palma de Mallorca el 25 de septiembre de 1990 de la Reunión sobre la Región del Mediterráneo de la CSCE, fue el marco elegido por los responsables de Asuntos Exteriores de España e Italia para exponer públicamente…