Desde su acceso al poder en agosto de 2006, Raúl Castro ha implementado numerosas reformas; las más importantes son las calificadas por él en 2007 como “estructurales” porque modifican en diverso modo y magnitud aspectos del sistema económico. Es imposible hacer aquí un análisis integral de todas ellas,1 por lo que se seleccionan y resumen siete reformas estructurales clave: actualización del modelo económico; distribución en usufructo de tierra estatal ociosa; despido de empleo estatal excedente y expansión de empleo no estatal; reducción de salarios, servicios sociales y racionamiento; compraventa de viviendas; inversión extranjera; y unificación de la doble moneda. Quedan por hacer otras importantes reformas: la integral de precios, la eliminación efectiva de la dualidad monetaria, la fijación de una tasa de cambio realista y la bancaria.
Avances y limitaciones de las reformas
1. Actualización del modelo económico. Lo que se intenta no es transformar sustancialmente el modelo en vigor sino “actualizarlo”, manteniendo la hegemonía del plan central y la propiedad estatal sobre el mercado y la propiedad no estatal. Los acuerdos del VI Congreso del Partido Comunista en 2011 no dieron pautas sobre el papel específico de los sectores estatal y no estatal y sus interacciones, dejando vacíos y vaguedades sobre el modelo. Raúl Castro advirtió en 2013 que la “actualización” tiene un largo y complejo camino por delante. No fue hasta 2013 que el consejo de ministros organizó un equipo para “estudiar y entender” la actualización, y a finales informó de la preparación de “una primera versión de propuesta de conceptualización”, dos años y medio después de aprobados los acuerdos.
Las reformas estructurales están orientadas hacia el mercado y los acuerdos del VI Congreso le otorgan un mayor papel al que tuvo antes en la Revolución desde 1961, cuando se inició la planificación central. Pero varios economistas cubanos…