La política exterior de la Comunidad autónoma de Cataluña es complementaria de la política interior: “convertir a Cataluña en una de las regiones más dinámicas de Europa”1. Se trata de una política nueva, creada poco a poco, y que en estos últimos años ha ido adquiriendo una gran vitalidad. En tiempos pasados pudo existir en Cataluña una política interior, aunque la región histórica hubiese sido cuarteada en provincias o estuviese sometida al mismo régimen dictatorial que el resto de España. Pero política exterior no existía. La única polí- tica exterior era la del Estado. Ahora, sin embargo, han cambiado las cosas. En España, Cataluña goza de la condición de región o nacionalidad autónoma, y en Europa la consideración hacia las regiones en el proceso de construcción de la unión europea es cada vez mayor. El fundamento, pues, de la política exterior catalana es la condición de región o nacionalidad, marco objetivo que permite un tipo de iniciativas y de actividades propias.
El camino de la unión europea sólo podrá recorrerse a medida que se supere favorablemente el nacionalismo de los Estados soberanos que tanta resistencia sigue ofreciendo a la unidad. Superación de la resistencia del Estado-nación que ha sido prevista hasta ahora de tres formas:
La eliminación del nacionalismo o por lo menos de sus actividades más radicales. Fue Henri Brugmans el que insistió en dicha necesidad. Dado que el nacionalismo apareció en un momento histórico determinado, podrá también desaparecer en otro2. En esa línea se situaron los federalistas, tan numerosos después de la Segunda Guerra mundial, quienes tuvieron que saborear varios fracasos. Pero es ésta una esperanza que no parece próxima.
La consecución progresiva de solidaridades de Es la forma funcional de concebir la integración propuesta por Schuman cuando lanzó la idea de la CECA…