Otto von Bismarck fue alumno del Instituto Evangélico de Educación Secundaria Grauen Kloster de Berlín. No todos los centros de enseñanza tienen unos antecedentes así. ¿Significa eso que los actuales alumnos deben descubrirse con veneración cuando pasan por delante de su retrato en el vestíbulo?
Veamos más en detalle qué clase de estudiante era ese tal Bismarck. Era bueno en las asignaturas con las que disfrutaba, bastante menos en el resto, y, sobre todo, siempre aplicado en el momento preciso, es decir, justo antes del examen. Podríamos decir que era un “trabajador temporal”. En todo caso, no pasó el examen de selectividad con un sobresaliente. Sea como sea, al final llegó a algo. Y, sobre todo, con o sin notas, aprendió mucho. Dominaba una cantidad impresionante de idiomas, entre ellos también el ruso, y desde muy temprano la Historia se convirtió en su asignatura favorita.
Por cierto, cuando Otto von Bismarck llegó a este instituto para hacer sus estudios secundarios, posiblemente se sintiese tan intimidado por la venerable tradición del centro como se pueda sentir uno en la actualidad. Entonces el instituto estaba en el llamado barrio de los Conventos, cerca de Alexanderplatz. El centro de enseñanza más antiguo de la ciudad fue la escuela de la élite intelectual prusiana en los siglos XVIII y XIX. Schadow y Schinkel completaron aquí la secundaria, al igual que Friedrich Ludwig Jahn –más tarde conocido como “padre de la gimnasia”–, que llegó a ser profesor de la institución, así como el teólogo Schleiermacher y el historiador Droysen. Puede que todo ello le intimidase. El hecho es que Bismarck se presentó lo antes posible al examen de selectividad. Quería volver a Pomerania, a Kneiphof, al entorno familiar de su infancia. Eso es algo que a un joven de hoy día le cuesta entender: a…