El potencial de los mercados de Europa central y oriental se encuentra tanto en su tamaño y expectativas de crecimiento como en su capacidad para suministrar a terceros países. En España, las decisiones de inversión en los candidatos se han subordinado a la exportación. No obstante, frente a una futura UE de casi 30 miembros, es necesario que la empresa española adopte una estrategia inversora en estos países como alternativa para la apertura de mercados.