1992 no fue un buen año para Europa salvo por una razón: el fin de la Guerra Fría. Pero este punto dio paso a un surgimiento de los nacionalismos, que vuelven a ser tan libres como en 1945.
1992 no fue un buen año para Europa salvo por una razón: el fin de la Guerra Fría. Pero este punto dio paso a un surgimiento de los nacionalismos, que vuelven a ser tan libres como en 1945.