Del 27 de abril al 22 de mayo de 2015 se celebró en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York la IX Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), bajo la presidencia de la embajadora argelina Taous Feroukhi. La conferencia contó con la participación de 161 Estados parte, además de Israel, en calidad de observador. Teniendo en cuenta la naturaleza de los asuntos tratados, la conferencia ha sido considerada por muchos como la cita anual más importante de la agenda internacional en materia de seguridad, aunque se ha celebrado en un ambiente crítico y convulso, por varios motivos. En primer lugar, debido al entorno estratégico internacional de incertidumbre, marcado entre otros hechos, por las negociaciones nucleares entre Irán y el grupo UE3+3, la crisis de Ucrania y la nueva posición geoestratégica de Rusia,la situación de inestabilidad en Oriente Próximo; y las tensiones creadas en torno al programa nuclear de Corea del Norte.
Segundo, la conferencia ha estado sometida (incluso, desde meses antes de su celebración) a una mezcla de escepticismo y frustración por parte de muchos Estados, especialmente, los pertenecientes al Movimiento de los No Alineados (NAM, en inglés), que han acusado continuamente a los países nucleares (partes en el TNP), de falta de voluntad a la hora de aplicar los compromisos específicos en materia de desarme adoptados en la última Conferencia de Revisión del Tratado, celebrada en 2010. Algunos exponentes significativos de dichas críticas han sido la no entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, CTBT (19 años después de su adopción); la ausencia de un acuerdo en el seno de la Conferencia de Desarme de Ginebra sobre el inicio de las negociaciones para la conclusión de un tratado para la prohibición de la producción de material fisible…