El lanzamiento de la Estrategia Global de la Unión Europea se realizó a destiempo. El resultado del referéndum del Brexit en Reino Unido, celebrado el 23 de junio de 2016, no solo puso en entredicho la conveniencia de anunciar (cinco días después) una estrategia (global), sino también el significado mismo de la UE como proyecto de integración regional ejemplar y atractivo. Sin embargo, pocos analistas se fijaron en que las palabras que resaltaban los “retos internos” de la Unión servían también para subrayar las profundas repercusiones de la crisis de los refugiados en sus países miembros. Cabe señalar que, solo unos meses antes de la Estrategia Global, la Comisión Europea había amonestado a varios países por haber reintroducido temporalmente controles fronterizos internos, poniendo en peligro la zona Schengen de libertad de movimiento.
En la Estrategia Global, que aborda tanto la política exterior como la seguridad, la emigración probablemente sea la cuestión que más se menciona, y se analiza en referencia a objetivos estratégicos, a zonas geográficas y a los supuestos valores de la UE. El primer propósito de este artículo es mostrar la importancia de la inmigración en dicha estrategia. En segundo lugar, es preciso señalar las diferentes razones que hacen necesaria una política migratoria en la UE, que están recogidas en los relatos presentados tanto en la Estrategia Global como en otros documentos. Los relatos sobre la emigración son narraciones cortas que consagran una perspectiva sobre quiénes son los migrantes con respecto a la comunidad receptora. Pueden funcionar como narraciones que legitiman acciones políticas específicas y, al mismo tiempo, fortalecerse con la puesta en práctica. Como cualquier otro relato, los de la comunidad receptora acerca no son meras descripciones, sino indicadores de la interpretación que dicha comunidad hace de las relaciones sociales, así como de los factores que legitiman…